miércoles, 4 de abril de 2007

Azúcar o Sal

Payaseando por msn con un amigo me decía que la vida es salada. “Tiene de dulce y agraz” le respondí riéndome, pero su comentario posterior me dejó pensando: “si tienes una piscina de agua dulce y le echas una cucharada de sal... ya es toda agua salada...pero si es al revés, no.”

En nuestras vidas a veces cometemos errores que podemos tal vez considerar pequeños, pero que a pesar de eso marcan la diferencia entre una piscina llena de agua dulce o llena de agua salada.

Cuando el agua se torna salada en un matrimonio y hay hijos de por medio, la cosa se pone color de hormiga. Es muy difícil enfrentar lo que viene, las cosas como son, tratar de exponer el tema a tus hijos de forma tal que no sufran. Y fingir que no pasa nada no es la solución.

“En un programa de radio en que hablaban de separaciones y que hacer con los hijos, los sicólogos decían que por lo general es más el trauma de los padres con respecto a los hijos que el mismo trauma de los hijos, ya que para los niños era una situación nueva y por lo tanto no era algo tan terrible. Para ellos era como aprender a andar en bicicleta o a nadar, como experiencia, obviamente. Que simplemente había que informarles de la separación, sin entrar en detalles, ya que cuando ellos sintieran la necesidad de saber, preguntarían. En otras palabras, no darles información innecesaria.”

Yo considero que también influye en cómo los padres enfrenten el tema, me refiero a que si los hijos los ven discutir, pelear, llorar, o estar rabiosos será mucho más traumático. Claramente les creará menor conflicto si ven que los papás conversan y la cosa anda en paz. Sin embargo, para lograr esto se necesita sangre fría y mente clara.

Para mí, ahora las cosas están en calma, pero también es cierto que "La calma precede a la tormenta"

No hay comentarios: